Laia
Mira cómo es Laia
La historia de Laia
Laia, es hermana de Pantxo y Pintto.
Hay una historia cuanto menos anecdótica detrás de ellos. Su madre entró por la ventana de una casa y tuvo allí sus 5 cachorros. Al día siguiente volvió y se llevo dos, dejando a Laia, Pintto y Pantxo al cuidado de la chica que vivía en la casa. Han sido criados a biberón y por otra gata que tuvo cachorros por las mismas fechas. Nacieron el 11 de Abril y están así de guapos.
Una nueva foto de Laia y un video para que veamos lo guapísima que está.
Laia, la única nena del grupo. Sobre ella nos cuentan los siguiente:
está muy graciosa, con esos ojos tan grandes que tiene, parece un dibujo animado japonés. Es la líder del grupo, es la más atrevida y los otros dos le siguen allá donde va. Está delgadita pero está echando una panza muy divertida hacia los lados. Es toda blanquita menos la cara y la cola, y tiene cuatro círculos negros en el lomo, parece una dalmatita. Juega mucho con sus hermanitos pero tiene mala leche, cuando le muerden les grita y se larga (es que los otros son un poco abusones). Es muy cariñosa y le encanta que le hagan mimos.
Ayer los llevamos a poner el microchip o sea que ya están listos para adoptar. Después estuvieron jugando en la huerta y están así de bonitos (y juguetones, se esconden entre la hierba y juegan a cazarse, por eso tienen esas caras de susto), jaja
Unas fotitos de Laia posando al sol, mientras espera que alguien se enamore de esos ojazos.
Otra fotito nueva de este bellezón, que va creciendo y poniéndose cada día más guapa, con esa nariz manchadita tan particular.
Nuevas fotos de Laia, que sigue esperando que alguien se fije en ella. ¿Serás tú?
Laia y Pantxo son dos hermanos amorosos que ya cumplen un año en su casa de acogida, ¿cómo es posible? nadie se ha enamorado de esas naricillas ¡pintadas a capricho! En su casa de acogida les quieren muchísimo pero ya les toca encontrar un hogar definitivo, además pasan mucho tiempo fuera de casa y aunque entre ellos se hacen mucha compañía, les encantaría estar todo el día encima de alguien (y es encima porque si no les haces caso se te suben encima, a los brazos, hasta que les das suficientes mimos). Dos pocholadas que esperan su oportunidad.