Yoli
Mira cómo es Yoli
La historia de Yoli
YOLI fue recogida con poco más de 1 mes en la calle con fractura de codo y de fémur. Fue intervenida con éxito y se recupera con normalidad. YOLI necesita padrinos que le ayuden a que podamos pagar su cirugía. Si no puedes apadrinarla pero quieres echarle una patita de forma puntual, puedes hacerlo a través de los siguientes medios: Transferencia a través KutxabankES63 2095 0360 10 9111588575 o Caja Rural de NavarraES76 3008 0241 88 2397692928 . A través de Paypal PayPal o haciendo de nuestro teaming Teaming
Tambien tienes la opcion de BIZUM solidario: 03580, Recuerda que no es un número de teléfono sino un código especial. Hay que acceder por la zona de donaciones u ONGs.
YOLI es muy afortunada y está en una casa de acogida que nos cuenta lo siguiente: Yoli llegó con muchísimo miedo y a día de hoy todavía sale corriendo si te acercas. Sí es verdad que, si la coges en brazos, se deja manejar y achuchar y nunca ataca, pero en
cuanto aflojas un poco, otra vez a huir. Estos últimos días ya se nos va arrimando un poco, pero a su ritmo. Espero que siga avanzando porque es una gata de lo más dulce y, una vez que deje de temer por su vida, va a ser cariñosísima, no tengo duda.
Fue operada de cadera y una patita por lo que tiene una leve cojera en al patita delantera derecha que no le impide hacer vida normal. Salta, corre y se sube a sitios como cualquier gato.
Le gustan mucho los gatos, trata de acercarse a sus hermanas de acogida siempre que puede. Por lo demás, es preciosa, muy redondita de cara, es tricolor aunque parezca atigrada, tiene mechones marrones por todo el pelo.
Nos cuentan desde su casa de acogida que: «YOLI va muy, muy bien. Ha sido esterilizada sin ningun problema. Sigue teniendo una ligera cojera, pero desde que está en casa ha disminuido porque tiene espacio para ejercitarse y ha fortalecido un poco la musculatura. Es sociable con mis gatas y yo creo que le encantaría jugar con ellas si se dejaran. A veces las persigue por toda la casa o intenta que la persigan a ella y ya se olisquean mutuamente e incluso duermen bastante juntas o tocándose.
Con nosotros es también mucho más cariñosa, duerme en la cama, pide mimos sobre todo a la mañana, te da cabezazos… pero tiene que ser cuando ella quiere. No le gusta nada que la cojas y cuando se pone un poco ansiosa te da mordisquitos pero no hace daño. Hemos observado que le da miedo el calzado. En cuanto nos ponemos los zapatos sale huyendo. No sabemos qué pasado tiene pero igual la han pateado o pisado en la vida y ha cogido fobia.
Es una gata buenísima que sólo requiere un poco de paciencia pero que da cero trabajo, la verdad.»